sábado, 3 de diciembre de 2011

La Fotografía, en referencia al libro titulado “Sobre la fotografía” de Susan Sontag

Recuerdo haber leído sobre aquellos aventureros que decidieron alistarse al ejército de su rey con la promesa de poder hacerse con los tesoros de sus conquistas. En su vuelta triunfante al hogar eran aclamados siendo portadores del respeto de su país y de sus gentes. Sus familiares los esperaban con los brazos abiertos esperando compartir experiencias y por supuesto también aquellas riquezas prometidas.
Pero en sus maletas sólo portaban postales y fotografías de los lugares y tesoros más increíbles que jamás el ojo humano hubiera visto.
Las fotografías son experiencias capturadas y el medio para justificar su veracidad, tienen la capacidad de informar y por lo tanto son portadoras de poder (el poder de la información)
Fotografiar es apropiarse de lo fotografiado.

A pesar de que una fotografía pudiera ser la prueba irrefutable de un hecho siempre será abordada por la interpretación, desde el principio del acto fotográfico hasta el final en su comunicación, y aquí reside la riqueza narrativa de la fotografía.
La fotografía suele entenderse como una forma real de describir la escena, pero lejos de esta definición la fotografía es surrealista, trata de duplicar el mundo en escenas concentradas y atomizadas por el fotograma y estas suelen adquirir un carácter dramático e intimista en comparación con la realidad. La ingenuidad del accidente fotográfico produce en ocasiones imágenes únicas lo que hace de esta disciplina que sea tan surrealista como la que más.
El fotógrafo como responsable del proceso de captación del instante se siente acechado por la consciencia y la inconsciencia además de sus tendencias y amaneramientos relacionados con el gusto y la propia cultura.
La fotografía al igual que otras disciplinas y formas de expresión disfruta de esas maneras donde lo que importa es la experiencia y el disfrute de su comprensión y estudio, alejándose del significado de la palabra arte en relación a la definición de una nomenclatura del todo contaminada por agentes lejanos al sentimiento y a la espiritualidad del ser humano, que es donde verdaderamente reside la búsqueda del creativo.
Dice Susan Sontag que el álbum fotográfico familiar se compone generalmente de la familia en su sentido más amplio, y con frecuencia es lo único que ha quedado de ella.
En realidad la fotografía es un documento que aporta credibilidad a la existencia de un momento de nuestras vidas y que con el tiempo y nuestro recuerdo pasan a ser libros abiertos a interpretaciones que pueden llegar a hacer vivas algunas leyendas e incluso recordarnos cuales fueron nuestros principios y en lo que nos hemos terminado transformando.
La imagen fotográfica ha endurecido al ser humano hasta el punto de no ser sorprendido con imágenes relacionadas con la pornografía o con cualquiera de las escenas más sangrientas de guerras.
Lo que se suponía horrible ha sido tamizado por la fotografía hasta el punto de casi pasar desapercibido.
Las imágenes tienen el poder de transmitir mensajes que con la costumbre de sus visionados llegan a pasar desapercibidos, pierden el impacto y nos hacen inmune al dolor.
Una cosa es vivir la experiencia y otra ver fotografías en relación a estos sucesos.


Desde sus principios, la fotografía y su filosofía ha evolucionado de manera inconformista y se han identificado con el idealismo, con el realismo fotográfico, e incluso con el nominalismo más puro.
Las primeras incursiones fotográficas trataron de idealizar las imágenes hasta el punto de crear bellas composiciones líricas basadas en temas hermosos, como el paisaje o la mujer, intentando acercarse como competencia y como propuesta más real a la pintura.
Pero poco a poco se fue despegando para tomar su propia libertad e iniciativa para ser considerada como una disciplina de expresión artística como otras tantas. Causa de ello fue la toma de la herramienta, la cámara, como una forma de captar y documentar las diferentes formas de vida humana, recreándose en la escena cotidiana y en la autenticidad, como conceptos más cercanos a la realidad.
Desde los proyectos donde se intentaban unificar las bellezas proponiendo que todo tiene su punto bello( Foto-Secesión), el que tenía un propósito más documentalista y que iba a servir para abrir conciencias (Farm Security Administration), hasta el que hablaba de la realidad más horrible hasta entonces tapada por las gentes y educación de una comunidad de entonces (Los seres monstruosos de Diana Arbus), todos forman parte de esa evolución.
La experiencia fotográfica ha ido creciendo y labrándose su propio camino y ya no es dependiente de ninguna otra forma de expresión, como se consideraba de la pintura en antaño, y en la mayoría de los casos tampoco necesita del apoyo de un texto o descripción puesto que ella en si misma es una historia, una lectura abierta a tu particular y única interpretación.
Hasta el documento fotográfico que cuya utilidad sea la clasificación y el archivo, es muy probable que con el tiempo pueda llegar a convertirse en una pieza única con un valor indescifrable en cuanto al sentimiento y la información se refiere, que pueda llegar a considerarse incluso una obra de arte. La fotografía tiene la cualidad de mitificar lo que es común y banal, sólo tiene que transcurrir el tiempo para que ocurra. Se ha popularizado tanto que es cercana y familiar a cualquier persona, es fácil hacer una fotografía, se hacen fotos por momentos, por segundos, todo lo que es tangible y de nuestro mundo está plasmado en el cliché o en el archivo digital. Paradójicamente también existe una desmitificación puesto que lo inaccesible está al alcance gracias al soporte fotográfico y como consecuencia lo legendario se vuelve próximo, posible, cercano y común.